Y DESPUES… ¿QUE NOS VA A PASAR?

Hablar del “después” del confinamiento al que estamos todos sometidos no es una conducta de precipitación ansiosa, ni tampoco un ejercicio de adivinación, sino mas bien de prudencia, cautela y seguimiento epidemiológico.

Ahora estamos todos pendientes, a veces demasiado pendientes, casi abducidos, por la evolución a tiempo real de lo que esta pasando en los hospitales y en otros centros sociosanitarios. Estamos todos absortos por las noticias que van apareciendo minuto a minuto sobre el número de infectados y de victimas mortales, que el COVID-19 esta dejando en esta infausta primavera.

Pronto, espero que será muy pronto, cuando este triste y angustiante conteo de dramas humanos, deje paso a una evaluación mas sosegada de lo ocurrido. Y este será el momento en el que empezaremos a sufrir una segunda epidemia, la de la aparición de trastornos psíquicos, o el agravamiento de los que algunas personas ya padecían.

Siento ser pesimista pero las experiencias previas y los datos científicos así nos lo indican. En primer lugar, es necesario asumir que las personas que ya tienen antecedentes de trastornos psíquicos (depresión, ansiedad en sus diferentes formas, dependencia de sustancias, psicosis, etc.), presenten una activación de su sintomatología, fruto del aislamiento, el miedo al contagio, y la inseguridad global producida por esta situación crítica y tan especial que estamos sufriendo.

La “enfermedad estrella” sin lugar a dudas será el llamado trastorno adaptativo, es decir, la aparición de síntomas depresivos y ansiosos, no excesivamente graves, y que son consecuencia directa del trauma pasado. Pero también, conforme pasen los días, vamos a ir viendo la llegada de otras alteraciones del espectro depresivo-ansioso mas graves cuyo elemento causal y productor serán, además de los duelos por las personas fallecidas, el pesimismo con respecto al futuro inmediato, la precariedad laboral que se va a incrementar, los cambios en la economía global, y, en suma, por el empeoramiento de nuestra calidad de vida.

Es muy posible que aparezca a corto plazo un importante incremento de la hipocondría, esto es, del miedo patológico y exagerado a tener una enfermedad, a pesar de que no haya ningún dato objetivo que lo avale. Unido a ello vamos a observar también la exacerbación de síntomas obsesivos, casi todos ellos relacionados con la posibilidad contagios diversos, incrementándose en consecuencia los rituales compulsivos de limpieza.

Por ultimo, veremos, aunque ya se está observando, un incremento del consumo de sustancias (esencialmente alcohol, cannabis y tranquilizantes) como una forma errónea de autotratamiento y de huida, ante la ansiedad reactiva que nos ha producido el COVID-19.

Va a ser muy difícil que logremos evitar todas estas modificaciones de nuestro animo, es mas, es necesario afirmar que es imposible controlar las variaciones neuroquímicas y hormonales que no dependen, mal que nos pese, de nuestra voluntad.

La tristeza, la ira, el miedo o el pesimismo además de ser emociones primarias, son también la respuesta automática a los cambios tan drásticos en nuestra forma de vida. Todos los sufrimos, pero algunos de nosotros, los mas psicovulnerables, los mas sensibles, los mas proclives al sufrimiento psíquico, los tendrán con mucha mas intensidad.

Para evitarlo es esencial iniciar ya una “psicoterapia informativa” con una disminución de los comentarios luctuosos y aciagos. Distraerse con proyectos y actividades para evitar la inacción. Hacer ejercicio para incrementar nuestras endorfinas y establecer unos nuevos hábitos y horarios para ocupar el tiempo.

En fin, el remedio no puede venir de fuera, sino que debe ser un cambio en nuestra actitud, un cambio importante en nuestra forma de ver las cosas, con una idea clara: todo, absolutamente todo pasa. Y esto también lo hará.

Dr. José Carlos Fuertes Rocañin
Medico Psiquiatra.
Presidente de la Sociedad Aragonesa de Psiquiatría Legal y Ciencias Forenses.
www.josecarlosfuertes.com

HACER EJERCICIO

Haga ejercicio todos los días, el que pueda, pero no se apoltrone en el sofá y mucho menos en la cama. Es necesario movilizar los músculos y con ello conseguir que el sistema sanguíneo  circule eficazmente.

MENOS INFORMATIVOS

No este demasiado pendiente de la TV y de los informativos que hablan sobre el tema; ya tenemos demasiada información y la que dan ahora crea mas inquietudes y malestar  que otra cosa.

PONERSE UN HORARIO

No este ocioso, aproveche el tiempo y márquese un horario y unas actividades que deberá realizar. La actividad es esencial para evitar la angustia.

LA CAMA DE NOCHE

Procure usar la cama solo para dormir por la noche, el resto del día no es saludable tumbarse en ella ni usarla como zona de estar y mucho menos de trabajo.

RELAJACIÓN

Haga relajación, es muy sencillo. Se sienta durante dos minutos, inspira profundamente y espira, procurando dejar la mente en blanco. Repítalo cada tres horas.

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