¡SOMOS AGRESIVOS, NACEMOS VIOLENTOS!

¡SOMOS AGRESIVOS, NACEMOS VIOLENTOS!

¡SOMOS AGRESIVOS, NACEMOS VIOLENTOS!

¿Estamos en mundo cada vez mas violento? Muchas son las noticias que nos llegan cada día hablando de violencia, agresividad, crímenes, fanatismo o injusticias. Algunos creen que se trata de una epidemia fruto de los insultos que los humanos proferimos a la naturaleza. Otros predican la existencia de una maldición que castiga nuestros pecados y perversidades, hay incluso quien cree que estamos llegando al fin de una civilización que dará paso a otra nueva.

Es cierto que ahora “suena” mucho todo lo negativo, esencialmente por que los medios de comunicación y las redes sociales se fijan mas en lo perverso que en lo inocuo; prestan mas atención a las conductas antisociales que a las normales. Es mas llamativo, y en cierta manera mas “atractivo” como noticia, lo dañino, lo terrible, lo malvado y perverso.

Nada concita mas interés, por ejemplo, que un accidente de carretera, todos reducimos la velocidad y miramos, quizá por morbo, puede que, por curiosidad, incluso, como una reacción semiautomática y primaria, el hecho cierto es que se forman colas y atascos sobre mas por la curiosidad que por la ocupación de la vía o carretera.

la agresividad es un instinto de los hombres

Lo que está demostrado es que la agresividad es un instinto que tienen tanto el hombre como los animales, es inherente al ser humano desde que habita este planeta ya que forma parte de su biología. La violencia en cambio es un producto resultado de la socialización y de la cultura, y en consecuencia, modulable y evitable. Somos agresivos, nos hacemos violentos, podría ser el titular.

¿Está aumentando la violencia en la sociedad del siglo XXI?

Y la pregunta que se hacen muchos es: ¿Está aumentando la violencia en la sociedad del siglo XXI? La respuesta seria depende. Si, depende, por ejemplo, de qué parámetros se usen para su medida y de con que la comparemos. También depende desde que óptica se haga el análisis. Hoy existe un exceso de información, “todo” nos llega y además, con una rapidez extrema. Somos conocedores de “todo” lo que esta pasando en el planeta por distante que este. Y quizá eso nos de la impresión de un incremento de la violencia social, aunque la realidad sea otra.

Quizá convendría que de vez en cuando echáramos la vista atrás, a esos otros tiempos que consideramos mas pacíficos, menos duros y nos llevaremos probablemente alguna sorpresa. El hombre de Neandertal, la antigua Roma, la Edad Media y los señores feudales, la Santa Inquisición, “Jack el destripador” o la misma guerra del Vietnam. El pasado esta lleno de violencia, eso si, mas lejana y no recordada por las redes ni por los mas media.

Tal vez por eso podamos pensar que vivimos en un mundo “extremadamente violento” aunque en mi opinión es mas una impresión que una realidad. Además, si así fuera, en nuestras manos esta pacificarlo y convertirlo en un mundo agradable y digno de ser disfrutado. La violencia no es agresividad, no es un elemento integrado en nuestros genes y cromosomas, sino aprendido en nuestras casas y en nuestras aulas.

Por otro lado, la violencia se une cada vez mas a las alteraciones de la mente, y de esa percepción, tenemos mucha parte de responsabilidad los médicos psiquiatras, los periodistas e informadores, los poderes públicos y en gran medida casi toda la sociedad. No me cansaré de repetir que el enfermo mental no es especialmente violento salvo en casos muy puntuales: cuando no este tratado medicamente y cuando estamos no ante enfermos en si, si no ante trastornos de la personalidad que no es lo mismo, aunque a algunos les parezca.

La agresividad es innata (genética), pero aun y con todo, hoy se puede reducir y controlar. La violencia es aprendida y depende sobre todo de la educación y del entorno (epigenética), y eso esta en nuestras manos, familia, escuelas, medios de información, amistades, cultura, poderes públicos y gestores políticos.

Acabamos de la misma forma como hemos empezado el articulo, ya que es una idea nuclear, esencial y a la vez esperanzadora: ¡¡Nacemos agresivos y nos hacemos violentos!!

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