El Crimen de Laia

El crimen de Laia

El crimen de Laia es un crimen absurdo e incomprensible, al menos así lo describe el Periódico de Cataluña“Se trata de un asesinato «azaroso», casi «espontáneo», que ha desconcertado a los propios policías, acostumbrados a investigar crímenes en los que siempre acaban encontrando una lógica de causa-efecto, por rocambolesca e injustificada que sea, que acaba conduciendo a la muerte de una víctima”.

 La descripción que nos han hecho del crimen de Laia es típica de la acción criminal  que comete un psicótico. No hay sentido, no hay ganancia, no hay lógica, no hay una causa, pero el hecho se ha producido. Esa es precisamente la inconfundible conducta criminal psicótica, es decir la que realiza un sujeto desconectado de la realidad y en un estado de enajenación mental.

Pero en este caso, y desde la óptica psiquiátrico forense, las cosas se complican por que el presunto asesino, que dice no recordar nada de lo que pasó debido a su grave intoxicación por sustancias, realizó después del hecho una conducta tendente a ocultar el crimen, limpiando la vivienda, duchándose y disimulando los rastros e indicios que le podían incriminar.

¿Puede un sujeto inmerso en un trastorno mental severo llevar a cabo una conducta organizada, con el objeto de ocultar su acción criminal? La respuesta no puede ser otra que negativa. Un psicótico o un sujeto gravemente intoxicado por drogas, habitualmente, no tiene la suficiente competencia mental para planificar eficazmente una acción criminal compleja, ni tampoco para ocultar pruebas, aunque la existencia premeditación no descarta de forma absoluta y total que el acto criminal se haya realizado en un estado mental gravemente patológico.

Estoy seguro que mis compañeros forenses a estas alturas habrán practicado un estudio toxicológico del presunto agresor. Ese estudio será de capital importancia a la hora del juicio y de la sentencia. Si esta persona esta severamente intoxicada lo tenemos que saber. También podremos conocer mediante el estudio del pelo si era un consumidor habitual de drogas o si el consumo era esporádico. Por último, podremos saber también mediante el estudio de ciertos marcadores como es la Transferrina baja en carbohidratos, si el presunto asesino era un enfermo dependiente al alcohol.

Para lo que no tenemos marcadores biológicos, es decir pruebas objetivas, es para conocer si el presunto criminal actuó en un estado de anulación/disminución de la capacidad de comprender la ilicitud de su conducta y si actuó con arreglo a dicha comprensión, que es lo que en definitiva interesa al jurista al ser las bases de la imputabilidad. Eso solo podemos inferir o deducir a través de una exploración psiquiátrica y psicopatológica meticulosa y estructurada, y sobre todo de un estudio longitudinal de la biografía previa a los hechos. 

El Dr. Fuertes Rocañin psiquiatra forense habla del crimen de Laia en Vilanova

Para saber certeramente lo que ha ocurrido en el crimen de Laia tendremos que esperar a que los informes y las exploraciones que hayan practicado los médicos forenses nos den sus resultados.

Lo que si se puede afirmar ya, sin que ello sean meras conjeturas, es que un sujeto intoxicado por cocaína, y probablemente también por alcohol, e incluso quizá por alguna otra sustancia mas, si es capaz de realizar conductas violentas de gran magnitud y complejidad y presentar después una amnesia completa de lo ocurrido.

A pesar de los hechos tan terribles acontecidos en Vilanova y que a todos nos repugnan y entristecen, podríamos estar ante un caso de trastorno mental inducido por sustancias tóxicas (cocaína, alcohol y otras) que, a efectos forenses, disminuirá de forma mas o menos importante las bases psicobiológicas de la imputabilidad del presunto autor del hecho.

 

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