Autoestima: Crees, Creas

Crees, creas,  recuérdelo lo siempre. Eso dice una máxima. y es que muy a menudo ignoramos nuestras cualidades y nuestros aspectos positivos. Créaselo, ése es uno de nuestros principales y más poderosos enemigos: la ignorancia que tenemos con respecto a nosotros mismos.

Muchas personas, esperamos que no sea usted uno de ellos, desconocen su valía, sus aptitudes, y sus capacidades. Cuando alguien les halaga o simplemente expresa su agradecimiento por un servicio prestado, creen que es muestra de una cortesía siempre exagerada e inmerecida. Cuando se les reconocen públicamente sus méritos, se muestran avergonzados y creen que es más una tomadura de pelo que una actitud sincera y honesta. Son personas, que, como decimos los psiquiatras, poseen una baja autoestima. Es decir, no se quieren, ni se valoran, ni se aceptan adecuadamente. Y además, y lo que es peor,  tampoco se conocen. No saben ni quiénes son, ni de qué son capaces.

El no conocerse, y mucho más el no quererse y no aceptarse, es, no lo dude, uno de los principales caldos de cultivo para la enfermedad mental y para el desequilibrio psicológico. Es la mejor forma de acabar en la consulta de un psiquiatra. Y no es que eso sea tan grave al fin y al cabo los autores de este libro vivimos de ello pero siempre que sea posible «es preferible prevenir que curar».

autoestima esencia del bienestar.

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Hay que conocerse, quererse y aceptarse sin que eso signifique pasividad o conformismo. En absoluto. La persona que tiene una buena autoestima se quiere como es, aunque no por ello deja de modificar los aspectos de su personalidad que son negativos. Sabe que tiene defectos, pero también sabe perdonárselos. Es consciente de que comete errores, pero sabe rectificar sin culpabilizarse enfermizamente por ello. Tiene muy claro que se puede equivocar en alguna de sus decisiones, pero no se angustia sino que lo acepta como una parte más del juego, del juego de la vida.

¡Pero doctor, si ya sé que tiene usted razón, pero no puedo evitarlo! ¡Soy así, siempre lo he sido y creo que siempre lo seré!

Se equivoca, querido amigo o amiga, Segun lo que se cree, se crea una cosa u otra . Nadie es como es. O mejor dicho, es cierto que hay rasgos de nuestra personalidad que son congénitos y que están presentes en nuestras vidas, casi desde el nacimiento, constituyendo lo que llamamos temperamento. Pero no es menos cierto que si nos lo proponemos con perseverancia y tenacidad podemos modificar, en mayor o menor medida, algunos de estos rasgos.

Por tanto, no se resigne. No se considere nunca incapaz de avanzar en su proyecto vital, si crees, creas. Sólo es cuestión de intentarlo con decisión. Es cuestión de conocerse, de profundizar sobre nuestra personalidad, de saber quién soy, a dónde voy y qué es lo quiero conseguir. De dedicar todos los días algo de tiempo y esfuerzo a pensar en nosotros mismos. A reflexionar sobre aquello que hemos hecho o sobre lo que hemos dejado de hacer. Pero sobre todo, es necesario quererse, quererse mucho. Al fin y al cabo somos la persona más importante y también la que tenemos más cerca.

EN RESUMEN…

•    Dedique todos los días algo de su tiempo a conocerse mejor y también a aceptarse y a quererse como usted es.

•    Si algo de su personalidad le disgusta, o le complica la existencia, identifíquelo e intente cambiarlo. Seguro que puede hacerlo.

•    Aprenda a perdonarse las equivocaciones. En esta vida todos somos aficionados, no tenemos tiempo para otra cosa.

•    Acepte los halagos y el cariño que los demás le brindan.

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