Cuando se antepone el prefijo “pseudo” a cualquier nombre o adjetivos quiere decir falso. Por eso los Ministerios de Sanidad y Ciencia e Innovación, han clasificado 73 practicas como «pseudoterapias», sanitarias que no cuentan con ningún ensayo clínico aleatorizado, revisión sistemática o meta-análisis que avale su eficacia y seguridad.
Al mismo tiempo, esta revisión realizada a instancia de ambos ministerios ha considerado a otras 66 terapias con soporte científico que habrá que determinar y estudiar de forma mas pormenorizada. (Informe de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud. REDETS).
El problema esencial de las pseudoterapias es que, además de poder originar un daño directo a la salud de la persona, pueden reducir la eficacia de los tratamientos indicados por los profesionales sanitarios desde la evidencia científica y terapéutica, en enfermedades que pueden ser muy graves. También pueden originar retrasos en la llegada al sistema sanitario, a veces de gran importancia, para conseguir una buen evolución de la enfermedad.
La ciencia ha logrado que España disfrute de una de las mayores esperanzas medias de vida al nacer (82 años) cuando en el Paleolítico la gente no vivía más de 30 años y, ni siquiera en los albores del siglo XX, la longevidad media superaba los 35 años.
Por ello, además de la importancia de la higiene, la medicina, el cuidado de los alimentos, hay que conseguir que la formación y la información de ciudadanos y profesionales sanitarios sea lo mas rigurosa y amplia posible, esta y no otra será la mejor manera de combatir las llamadas pseudociencias. Vamos a intentar profundizar un poco mas en todo este problema.
Las pseudociencias en general, y las pseudoterapias en particular, son afirmaciones o prácticas que se presentan como científicas, pero que no se apoyan en evidencia ciertas ni seguras. Es decir no siguen el modelo científico por que:
Es decir, las pseudociencias son afirmaciones o practicas que se hacen pasar por ciencia pero que en realidad no lo son. Una pseudoterapia es un caso específico de pseudociencia aplicada al contexto sanitario.
Un terapia es todo aquella actuación medica o sanitaria que tiene efectividad por encima del efecto placebo. Las llamadas terapias de “primera opción” son aquellas que están más avaladas por estudios de coste-beneficio.
Las pseudoterapias se puede afirmar que suponen un fraude que busca hacer pasar la práctica ya sea como terapéutica sin serlo, o bien, siendo una terapia utilizable para otra cosa, se hace pasar como terapia de primera opción para una determinada dolencia o enfermedad para la que no es competente.
La pseudociencia y las pseudoterapias pueden entrañar un peligro importante por diversos motivos que hemos resumido a continuación:
Conviene tener claro que para el que una evidencia sea científica debe reunir una serie de características que de una forma divulgativa resumimos a continuación.
La evidencia científica debe poder ser confirmada empíricamente y poseer las características lógicas que posibiliten la evaluación científica. En este sentido, las dos características más relevantes es que no se trate de una idea de tipo metafísico -es decir, que las consecuencias de su validez o invalidez puedan ser captadas por los sentidos- y que pueda ser tanto confirmada como o negada. Es decir, qiue la hipótesis pueda ser cierta o falsa.
En segundo lugar las evidencias científicas (hipótesis científicas) tienen que ser contrastadas por medio sea un método científico, esto es: 1) Tiene que ser un método reglado y empírico, no debe estar afectado por sesgos y falacias y de deben garantizar todos sus pasos, ya sea asegurando la reproducibilidad del proceso, ya sea registrando debidamente todos los datos.
El método científico es aquel que reduce al mínimo la posibilidad de fraude o de error humano. La evidencia que obtenemos al emplear este método es objetiva. Se trata de un hecho objetivo que hace que aumente la probabilidad de que nuestra creencia (hipótesis), sea la mejor solución disponible para el problema que tratamos de solucionar. Aunque la evidencia es objetiva su evaluación puede depender del contexto, y en contextos sanitarios siempre se requiere de la cantidad más alta posible de evidencia para considerar una creencia como válida. En este sentido, siempre que algo esté científicamente avalado en contextos sanitarios es porque estamos muy seguros de que dicha práctica es la mejor solución disponible, aunque en el futuro pueda haber otra mejor.
Listado de las 73 pseudoterapias señaladas ya como tales por los Ministerios de Sanidad y Educación.
Listado de las 66 Terapias en evaluación y sometidas a estudio por los ministerios de Sanidad y Educación como posibles pseudoterapias