El fentanilo no es para nada una sustancia nueva, los médicos la conocemos y la utilizamos desde hace tiempo. Lo que sí es nuevo es el incremento que está produciendo en su consumo de forma clandestina. También se ha incrementado su uso médico, siendo por ahora Canadá y Estados Unidos los países con mayor número de prescripciones de opiáceos en el mundo.
Si rebuscamos en la historia, es en 1817 cuando el farmacéutico alemán Friedrich Sertürner consiguió extraer el alcaloide más potente del opio al que llamó morfina. Más tarde, modificando químicamente la morfina se obtuvieron otros preparados, entre los que se encuentran la heroína (diacetilmorfina), y otras dos sustancias, estas, hasta hace unos años solo de uso médico, como son el fentanilo y el tramadol.
En concreto el fentanilo es una molécula con bajo peso molecular (336,5 g/mol), sintetizado por primera vez en 1960, por Paul Janssen, quién buscaba un analgésico más potente y eficaz que la morfina, con una mayor liposolubilidad con el objetivo de que pudiese penetrar con mayor facilidad a través de las membranas de las células del sistema nervioso y actuase más rápidamente.
El fentanilo empezó a utilizarse rápidamente en Europa como analgésico intravenoso, por su elevada potencia y fácil producción. La utilización en Estados Unidos fue más tardía. La FDA lo autorizó en 1968 sospechando que esa facilidad de síntesis y esa gran potencia farmacológica lo terminarían convirtiendo en un claro candidato a transformarse en una droga recreativa, como así ha sido, desgraciadamente. Consumido solo o mezclado con heroína es hoy el responsable de un elevado número de muertes por sobredosis que están poniendo en jaque los sistemas sanitarios Americanos.
La importancia y beneficios de los opioides en medicina es elevada, ya que el dolor es una de las principales consultas en Atención Primaria, siendo este uno de los síntomas más prevalentes en los pacientes con cáncer, y también en otras patologías cada vez más frecuentes por el incremento del tiempo que vivimos, como son la osteoartrosis y sus complicaciones (lumbociatica, hernias discales, polimialgias, fracturas graves, etc.).
Muchos trabajos de investigación (Holgado MA, Candil-Recio J), señalan que el fentanilo es un analgésico opioide ampliamente utilizado para el tratamiento del dolor intenso. Está disponible en varias formas farmacéuticas. Las hay de liberación inmediata que se usan para el tratamiento del dolor agudo oncológico. Por otro lado, existen formas de fentanilo de liberación controlada comercializadas actualmente como inhaladores, comprimidos y parches transdérmicos (tipo reservorio o matricial) que usan para el tratamiento del dolor crónico o basal ya que permiten mantener niveles plasmáticos constantes del fármaco.